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Artículo: Vitamina D y Sol: Cómo Aprovechar al Máximo los Rayos del Sol para una Piel Radiante

Vitamina D y Sol: Cómo Aprovechar al Máximo los Rayos del Sol para una Piel Radiante
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Vitamina D y Sol: Cómo Aprovechar al Máximo los Rayos del Sol para una Piel Radiante

Surge un interesante dilema entre los entusiastas del cuidado de la piel. Somos muy conscientes de la necesidad de vitamina D de nuestro cuerpo, entendiendo su rol esencial en la salud óptima y reconociendo que la mayoría de los adultos son deficientes en ella. Al mismo tiempo, somos conscientes de los efectos de los rayos UV en nuestra piel, comprendiendo cómo pueden acelerar el proceso de envejecimiento, causar manchas solares, lunares y, si se prolongan, incluso cáncer de piel. Entonces, ¿cómo se logra un equilibrio entre estas dos preocupaciones? En este artículo, te guiaremos para optimizar la ingesta de vitamina D tanto para tu salud como para una piel radiante, asegurando su protección para mantener su condición deseada.

Vitamina D y luz solar

¿Qué es exactamente la vitamina D?

La vitamina D es un tipo de vitamina que se disuelve en grasa, lo que significa que tu cuerpo almacena cualquier cantidad extra para su uso posterior, a diferencia de las vitaminas solubles en agua, que son eliminadas de tu sistema. Su función principal es ayudar a tu cuerpo a absorber calcio, magnesio, fósforo y apoyar la salud general. Todos somos conscientes de que la luz solar es un gran proveedor de vitamina D, pero es importante tener en cuenta que los rayos UV en sí mismos no proporcionan directamente este nutriente esencial. En cambio, es tu piel la que produce vitamina D cuando está expuesta a la luz solar.


Hay dos tipos principales de vitamina D: D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol). La D3 es a menudo preferida por los expertos porque se asemeja estrechamente a la forma que tu cuerpo produce naturalmente cuando está expuesto al sol.


Puedes obtener vitamina D de suplementos, pero también se encuentra en ciertos alimentos. Algunos alimentos como la leche, el jugo de naranja y los cereales están fortificados con vitamina D. Otros, como la carne de res, los champiñones shiitake, las yemas de huevo y pescados grasos como el salmón, el atún, las sardinas y el caballa, la contienen naturalmente.

Vitamina D y luz solar

Beneficios de la vitamina D

La vitamina D ofrece impresionantes propiedades antiinflamatorias que abordan eficazmente diversas afecciones de la piel como la sequedad, el acné, la psoriasis, la dermatitis y el vitíligo, lo que la convierte en una recomendación imprescindible para muchos dermatólogos.


Niveles bajos de vitamina D en tu piel pueden conducir al desarrollo de arrugas y líneas finas, pero los antioxidantes que se encuentran en la vitamina D trabajan para combatir estos signos de envejecimiento prematuro al tiempo que actúan como una barrera protectora para tu piel.


Además, la vitamina D juega un papel crucial en la prevención de la acumulación de células muertas en la piel, que pueden causar sequedad, irritación, enrojecimiento y otras afecciones cutáneas, al promover la renovación celular. Al estimular la proliferación celular e inhibir la apoptosis, este nutriente ayuda a una cicatrización más rápida en caso de lesiones, asegurando una piel más saludable en general.


Obtener vitamina D del sol

El mediodía, especialmente en verano, es el mejor momento para absorber la luz solar. Cuando el sol está en su punto más alto, emite sus rayos UVB más fuertes. Esto significa que incluso breves exposiciones al sol son suficientes para producir mucha vitamina D. Los estudios muestran que nuestros cuerpos producen la mayor cantidad de vitamina D alrededor del mediodía. Por ejemplo, en el Reino Unido, solo 13 minutos de sol al mediodía tres veces por semana durante el verano mantienen los niveles de vitamina D saludables para los adultos caucásicos.


Pero la cantidad de vitamina D que produces varía. Depende de la estación, de dónde estés y de cuánto melanina tenga tu piel. Cuanto más lejos estés del ecuador, menos vitamina D produce tu piel. Los meses de invierno, que son más oscuros, a menudo no tienen suficientes rayos UVB fuertes para producir vitamina D. Además, las personas con piel más oscura necesitan más exposición al sol para obtener suficiente vitamina D.


Otra cosa a tener en cuenta es cuánta piel expones al sol. Dado que la vitamina D proviene del colesterol en la piel, mostrar más piel ayuda a producir suficiente vitamina D. Los expertos recomiendan exponer aproximadamente un tercio de tu piel, como usar una camiseta sin mangas y pantalones cortos, y pasar de 10 a 30 minutos al aire libre tres veces por semana durante el verano para obtener suficiente sol.


¿El protector solar afecta la absorción de vitamina D?

Las personas usan protector solar para evitar que su piel se queme y reducir el riesgo de cáncer de piel. El protector solar contiene productos químicos que bloquean, absorben o dispersan la luz solar. Esto significa que menos rayos UV nocivos llegan a la piel.


Pero los rayos UVB del sol ayudan a tu piel a producir vitamina D. Entonces, usar protector solar podría evitar que tu piel produzca suficiente. Los estudios sugieren que el protector solar con un SPF de 30 o más puede reducir la producción de vitamina D en gran medida, como un 95-98%.


Sin embargo, usar protector solar en verano no parece afectar mucho los niveles de vitamina D. Eso se debe a que incluso con protector solar, pasar suficiente tiempo al sol aún puede ayudar a tu piel a producir vitamina D. Sin embargo, la mayoría de los estudios sobre este tema han sido a corto plazo, por lo que no estamos seguros de los efectos a largo plazo de usar protector solar regularmente en los niveles de vitamina D.


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Conclusión

En el cuidado de la piel, es importante encontrar el equilibrio adecuado entre mantener nuestra piel saludable con suficiente vitamina D y protegerla de los dañinos rayos UV del sol. Comprender cómo beneficia la vitamina D a nuestra piel y saber cómo nos afectan la luz solar y el protector solar nos ayuda a encontrar este equilibrio. Tomar un poco de sol al mediodía en verano es excelente para aumentar nuestra vitamina D, pero debemos considerar cosas como la época del año, dónde estamos y nuestro tipo de piel. El protector solar es imprescindible para proteger nuestra piel, pero también podría afectar la cantidad de vitamina D que obtenemos. Así que se trata de encontrar ese punto óptimo entre protegernos del sol y obtener suficiente vitamina D. Usando lo que hemos aprendido, podemos cuidar mejor nuestra piel y mantenerla saludable y radiante.

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